Mis libros sobre la cárcel y la frontera
31 octubre, 2023 | Anécdotas, Libros, Reflexiones, Vivencias | No hay comentarios

De los libros que tengo en la biblioteca elijo tres o cuatro por ahora, y le pido a cada uno de ellos que me inspiren como artista textil.
El primer libro es «Las Visitas» de Silvia Schujer que cuenta la historia de un niño de unos once años cuyo padre un día deja de ir a la casa después del trabajo; y la madre, la madrina y la hermana empiezan a prepararse un día para ir a visitarlo a su nueva vivienda. Preparan comida, van a la peluquería, se arreglan la ropa para estar impecables, y finalmente el domingo se levantan al alba, y caminan quince cuadras hasta la parada del ómnibus. A medida que avanza se llena con gente que también va en familia, con muchas bolsas de comida, frazadas y algún abrigo. La mayoría son mujeres y niños como el protagonista. Después de varias horas de viaje se devela el misterio del nuevo lugar donde vive el padre: la cárcel de Caseros. Su sorpresa es tan grande que durante toda la visita no puede hablar. Después le reclamará a su hermana mayor que no le haya contado adónde iban.
Así comienza la historia que continuará relatando las sensaciones del protagonista cuando deba ir a la escuela ahora sabiendo adónde está su padre y le pregunten por él. Se debatirá entre decir si trabajando o viajando, nunca la verdad que lo estigmatiza, que lo envuelve como un manto que abriga, ahoga, aprieta, y que lo hace visible. Si lo hiciera invisible podría andar por todos lados sin que lo vieran. A medida que avanza la historia, irá solo a visitar al padre, tomará siempre el mismo colectivo y el chofer será su nuevo compañero.
Otro de los libros es «Cárceles«, escrito por los periodistas Eduardo Anguita y Daniel Cecchini que trata sobre el funcionamiento del estado en el “otro subsuelo de la patria” como lo anuncia el subtítulo. Los organismos que institucionalmente se ocupan de los presos, hombres y mujeres, de sus necesidades, de sus ausencias, de su salud, y su libertad. Los autores aportan las normas dictadas por el congreso nacional que tratan estos temas, algunas de las cuales son tan antiguas que hasta las palabras que se usaron para su redacción reflejan los años en que se crearon. Situaciones injustas podrá haber muchas, quizás tantas como las creadas por quienes eligieron la cárcel como destino, pero también desnuda la inexistencia de camino de salida después del encierro. Sacan a la luz la incapacidad del estado en asistir a las personas para que se reinserten en la sociedad, la intolerancia de sus integrantes y la ilusión de que puedan aprender a convivir. Unos porque quieren reingresar a esa sociedad y otros porque deben aprender a incluirlos en ella. En esa transición el estado parece no aportar ninguna herramienta que aliente algún deseo de redención de los convictos; que les muestre, los asista, los obligue, los ayude a querer formar parte de una sociedad que trabaja, va a la escuela, educa a sus niños y los cuida, apoya a las familias y las une.
El último libro es “Señales que precederán el fin del mundo” de Yuri Herrera, una narconovela que se incluye en el género de literatura de frontera. Sin nombrar ni una sola vez en unas 110 páginas a México o a los Estados Unidos, ni a la mafia, ni a los jefes narco, a la droga o a la corrupción, el autor cuenta el viaje de una mujer que debe llevarle un mensaje a su hermano por pedido de su madre, para lo cual deberá cruzar la frontera caliente. Escrita en lunfardo mexicano está destinada a ser rechazada por la dificultad que presentan las palabras en su lectura, alguna de las cuales hasta son inventadas. Los capítulos del libros están divididos como las 9 puertas que llevan las almas al inframundo según la cultura Mictlán. La maestría de la escritura brinda un relato de aventuras que suceden en un campo minado de peligros, llámense violación, muerte y tortura, y que hace del libro de Herrera una joyita que merecer ser leída dos veces. La primera para entenderla, la segunda para disfrutarla.
BICHA de CLAUDELINA