
Escribir es un oficio o es un trabajo? Es quizás una obligación que nos imponemos para cumplir con quién sabe qué designio ancestral? Es una forma de terapia?
Como sea, a veces tenemos la necesidad de escribir todo el tiempo. En nuestra libretita, en una servilleta, en la factura de la farmacia o en el ticket del supermercado.
Es un frenesí por sacar las ideas, los pensamientos y aquello que hemos imaginado.
Así lo enseña Ray Bradbury en «Zen el arte de escribir»:
Si no escribiese todos los días, uno acumularía veneno y empezaría a morir, o desquiciarse, o las dos cosas.
Uno tiene que mantenerse borracho de escritura para que la realidad no lo destruya.