Lole Reutemann
8 julio, 2021 | Vivencias | No hay comentarios

¡Se fue un grande! El corredor argentino de Fórmula 1.
Lole nos enseñó que afuera había un mundo mejor. Siguiendo el glamour de la Fórmula 1, Mónaco, Silverstone, Nurburgring, Japón, y muchos más nos mostró en una televisión pequeña y en blanco y negro como se vivía en otros países. Más allá de las bellas señoritas que siempre
acompañaban estos torneos.

También aprendimos que para ser grande no hay que ganar siempre y hay que ser un jugador del equipo. Que las individualidades no son siempre lo mejor en el deporte. Aprendimos que en un deporte donde no solo se juega la vida del corredor, sino también a veces la de los espectadores, es importante hacer bien las cosas y que ganar a cualquier precio no es lo más
importante y menos aún lo correcto.
Lole ganó muchas carreras, corrió con las mejores escuderías, pero nunca salió Campeón. Hace muchos años cuando era chico me dio mucha bronca. Con los años aprendí la grandeza de esa persona. La Fórmula Uno es uno de los deportes más difíciles que existe; concentración, estado físico; dentro de una caja de metal que vuela a 300 kilómetros por hora y que en muchas ocasiones se convierte en el mismo féretro del piloto.
Luego se dedicó a la política en la Argentina, fue Senador, Gobernador y casi Presidente de la Nación. Con total abnegación y entrega. Sin tener una sola mancha en esta carrera tan difícil. Muchas veces uno es juzgado tanto por hacer como por dejar de hacer. Otra vez acá no fue campeón, pero de nuevo nos dejó una gran enseñanza de humildad, trabajo y rectitud.
Lole entra en el gran Panteón de los Dioses del Olimpo. Imperfectos, mortales, semi dioses. Pero que sin lugar a duda dejan una estela de admiración detrás de su paso. Y al final un mundo mejor para todos los que lo seguimos y admiramos.
Fabian Onetti
Imagen : Mach GoGoGo