Redes sociales
3 mayo, 2020 | Apuntes, Ejercicio creativo, Reflexiones, Vivencias | No hay comentarios

¿Qué redes sociales sigues? ¿Qué contenidos son mejores? En tiempos de cuarentena van algunas reflexiones sobre el tema.
En Instagram sigo a quienes postean fotos de tejido, en facebook a mis amigos ya que lo tengo privado y así puedo estar al tanto y saber en qué andan, y en Twiitter sigo las noticias de los diarios y la política.Instagram en una gran caja de fotografías, que primero te hipnotizan y luego te venden un producto o una idea.

Las fotografías son aspiracionales, o sea que te muestran aquello a lo que podés aspirar. No te muestran cualquier cosas, sino que está dividido en varias franjas y muestran los objetos, la ropa, el color de pelo, el cutis, los zapatos, las casas, las decoraciones, la comida y el estilo al que uno aspira. En realidad, es como la zanahoria que se le pone adelante al burro para que camine. Tanta fotografía arreglada, aclarada, cambiada de color, dibujada, retocada para decirnos que lo que nos muestran es lo que queremos. Luego de eso la depresión es el camino.
Si no logro hacer el cumpleaños de mi hija con toda la parefernalia que me muestra Cookie Cakes no lograré ser una buena madre; y menos si no la visto con la ropa de Divina Victoria; pero el problema es que en casa no tengo una nena como la hija de Luly Pop para poder vestirla y festejarla como Instagram quiere.
Tener todo el oro del mundo tampoco me dará el gusto delicado ni la sutileza del maquillaje que mi cara debe mostrar. No tengo que engañarme. Esas fotos están todas preparadas para que nos sintamos que podemos aspirar a ese mundo, pero en el fondo de nuestro corazón, en el instante mismo en que apoyamos el teléfono celular en la mesada de la cocina porque tenemos que hacer una tortilla, nos damos cuenta que ese mundo no es para nosotros. En realidad no existe.

Nadie tiene todo tan perfecto. Una casa ordenada a toda hora; una cocina repleta de platos bien servidos; un marido buen mozo y unos hijos impecables. Todo es una ilusión óptica que nos brinda Instagram las veinticuatro horas del día y que nos quiere entusiasmar con vidas impecables que no nos pertenecen.
Facebook es un poco más real, más cercano a mi realidad. Más allá de los mensajes inútiles que ocupan el setenta por ciento de las publicaciones, el restante treinta me permite saber si mis amigos se casaron, si tuvieron hijos, quién cumple años, qué se necesita.
Es que la vida está llena de ese tipo de situaciones. Gente que se casa, gente que necesita, gente que nace y que muere.
Allí muestro las donaciones que hago de las prendas tejidas que hacen las amigas de mi madre y mis amigas, además de la red de voluntarias que dedican su dinero y su tiempo a tejer para otros. Con fotos sin retoques puedo mostrar que su esfuerzo llegó a las manos necesitadas, lejos de sus casa, en lugares donde escasea tanto el agua como los caminos.
Facebook también te permite agruparte por intereses comunes. Tengo varios grupos: de bordado, de feminismo, de amigas. En cada uno publicamos textos o sus enlaces, noticias, fotos personales, fotos sacadas sin mucho esmero pero efectivas para trasmitir el mensaje final.

Twitter es para el trabajo. Allí sigo todos los diarios, a varios políticos para conocer su perfil, noticias judiciales, y la opinión de algunos periodistas. Trato de seleccionar gente bien hablada, con pensamientos que no sean iguales a los míos pero que sean respetuosos, porque así me puedo reír de sus chistes o de sus humoradas. Un mal discurso, con malas palabras, o expresiones soeces no me asustan, pero tampoco me atraen.
Las noticias se conocen al instante. Una noche escuché los bomberos a las cuatro de la mañana en mi barrio, me sobresalté, y twitter en seguida me informó que se incendiaba una casa a dos cuadras. Todo lo que en la televisión es de último momento, en twitter es instantáneo.
Aprecio el ingenio volcado en 140 caracteres; y a quienes en esa síntesis ponen opinión y humor y tienen la virtud de saber reírse de ellos mismos. El mensaje directo y el mensaje oculto que surge de una ironía lo agradezco por sintetizar y divertir.
El mensaje de twitter es la condensación del ingenio.
BICHA DE CLAUDELINA
#yomequedoencasa