Necesito un consejo de Kondo
10 abril, 2019 | Apuntes, Lo que me pasa, Vivencias | No hay comentarios

María Kondo te aconseja mantener todo en orden. Los cajones del placard, el escritorio, la heladera, la casa. Al ordenar eliminarás de tu vida varias cosas que te permitirán vivir con más lugar, y así encontrar en seguida las cosas.
El método Kondo ha revolucionado el mundo íntimo, haciéndonos la pregunta que ella postula: “¿esta chalina me hace feliz?”, si la respuesta es positiva la guardo, de lo contrario le «agradezco» los servicios prestados y la dono, regalo o transformo, pero si o si sale de casa.

Cuando me toca hacer la valija pasa lo mismo. No llegué a esa parte del método Kondo, ni sé si lo trata, pero apliquémoslo, porque las tarifas de los aviones ahora se reducen en sumas importantes si llevás una sola valija y más todavía si solamente llevás un carry-on en el buche del avión y no despachás nada.
Dependiendo de la cantidad de horas de avión será la distancia al destino de tu viaje. Suponiendo que el viaje supere las 8 horas y los 8 días de estadía podemos considerar que será necesario llevar dos mudas de ropa, además de la puesta. Más fácil será si es verano en el lugar adonde vamos, pero no haremos diferencia. Si salís de Buenos Aires con 30 grados y te vas a Europa donde hace 4, con hidalguía te ponés el abrigo para que no te ocupe lugar en la valija y chau.
Si durante el viaje te falta ropa, porque se te mojó, manchó o te la olvidaste en un hotel, y no querés gastar, no importa, te vás a una tienda económica y te comprás un básico, ya sea una camisa blanca, un jean o una remera negra. Esas cuestiones no te cambian el presupuesto y además forman parte del viaje y ya debían estar incorporadas en el cálculo de gastos.
Toda esta cuestión del orden para viajar liviano hace que una prepare la valija más chica, ponga pocas cosas, achique los envases de los cosméticos, shampoos, cremas para el cuerpo y crema para peinar los rulos. Lleve sólo dos aspirinas, dos carbones, dos Buscapinas y nada más. Nada de secador de pelo, ni joyas o bijoux, hebillas y vinchas, carteras y demás accesorios. Sólo lo básico. Debe entrar todo y sobrará lugar para las cosas que querramos comprar en nuestro recorrido.
El problema es que una hace todo prolijito, le sobra lugar en la valija, y vuelve del viaje sin sobrepeso, pero…no me acostumbro a viajar con tan poco!
Me da ansiedad. Los colores de la ropa que me combinaban cuando hice la valija, no resultan así cuando me lo tengo que poner en destino. No puedo usar dos días seguidos los mismos calzados porque me duelen los pies, así que extraño ese par de mocasines que no llevé para poder intercalar con las zapatillas. ¿Porqué no traje los aros argolla grandes si entraban en cualquier rincón? ¿Porqué no traje quitaesmalte si con un poquito me arreglaba? ¿Qué hago con estas uñas ahora? No iría a la manicura por ello a pagar en euros!
Yo aprendí a viajar con poco, pero no aprendí a vivir con poco. Y no hablo de abundancia, hablo de detalles.
Viajo con poco y me parece que me falta maquillaje; que debí traer el rímel a prueba de agua para cuando uso los lentes de contacto y sólo traje el común; que al quinto día la cartera que llevé no me combina más; que traje un botiquín básico pero me faltó traer curitas para las ampollas; que traje los cargadores del celular pero no traje el adaptador a las redes eléctricas de otros continentes; que me faltaron dos pares de medias.
Es que si sigo sumando cosas, hubiese necesitado las dos valijas.
Kondo: necesito un método psicológico que me ayude a viajar con poco y me haga feliz.
BICHA de CLAUDELINA