La velocidad de la vida
7 julio, 2018 | Lo que me pasa, Reflexiones, Vivencias | No hay comentarios
La velocidad de la vida que elegimos ¿es buena o es mala?
¿Vivir muchas situaciones a la vez, nos satisface?
¿Cuán entretenido es buscar nuevas vivencias a cada instantes si no nos detenemos a disfrutar la que acabamos de experimentar?

Hoy…
mientras estudiaba un poco de filosofía sobre el transcurso del tiempo mientras uno teje, me encontré con el libro de Byung-Chul Han «El aroma del tiempo», que entre sus muchas reflexiones filosóficas refiere que «En vez de pasear tranquilamente, la gente se apremia de un acontecimiento a otro, de una información a otra, de una imagen a otra.»
Y…
parece que me he sentido identificada con ese pensamiento, ya que desde el mes de enero (estamos en Julio), he decidido no ver más noticieros, aunque sigo estando informada. He decidido fomentar los encuentros sociales, aunque me he prometido que no iría a los lugares que no me gustaran. Y también me he propuesto incorporar a mi vida el movimiento slow en todas las oportunidades que pueda.
Claro que nada de esos tres compromisos deben ser angustiantes, sino que deben ir fluyendo; haciendo que los momentos de mi vida laboral y personal se vayan embebiendo de esas opciones.
Les propongo…
que tomen una actividad personal como leer un libro, tejer, mirar una serie, jugar con los hijos, y dejar que por una hora el tiempo transcurra en su medida, sin apresuramientos, siendo conscientes de su paso, apretar el botón de cámara lenta y dejar que pase, despacito… sin apuros (como la canción de Luis Fonzi y Daddy Yankee). Y que esa hora nos la dediquemos, para recordar, o pensar, o reordenar nuestros días o afectos.
Después de todo…
disfrutar de nuestro tiempo y manejarlo en modo lento en una opción que tenemos sin que nos cueste un peso. Hoy hay que hacer un ejercicio mental para poder disfrutar de las cosas que son gratis.
Y si, adoptemos…
el movimiento slow, lento. Una hora por día. Les propongo detenernos, desacelerarnos, mirar más a nuestro alrededor y hacer el ejercicio de aprender a disfrutar de esos momentos nuestros que nos sirvan para asentar las ideas, recopilar la experiencia y permitirnos el disfrute.