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Estoy viendo en Netflix una serie danesa que se llama Rita.

Quienes cultivan la amistad no son todas las Ritas que andan por ahí. Por suerte. Su intensa personalidad me inspiró estas reflexiones en el Día del Amigo.

Rita, trata sobre una madre que cría sola tres hijos que ya tienen entre 15 y 22 años; trabaja de maestra en un colegio que está ubicado en el patio de su casa. O, mejor dicho, Rita vive en la casa del casero del predio de la escuela, la cual alquiló por el buen precio que le pedían.

Rita tiene un ex marido; una ex madre a quien le reclamó el abandono cuando ella era pequeña, y a la que nunca dejó que se reivindicara ni le aceptó su perdón.

Sus hijos van creciendo, al mayor se fue a vivir en pareja, la hija mujer no sabe qué hacer: si trabajar o no, si estudiar o no; y el menor se declara abiertamente gay, sumando más incertidumbre a  su adolescencia.

Cada paso que esos chicos dan es censurado, criticado o sentenciado por Rita. Porque van muy rápido, porque lo van a dejar todo en el camino, porque abandonarán la tarea en el medio del río sin terminarla. Porque Rita sabe lo que es mejor para ellos. Pero en el desarrollo de ese pensamiento, los va ahogando cerrándoles la garganta para que no puedan expresarse, experimentar o equivocarse.

Rita practica el sexo libre, con cuanto hombre le apetece, aún cuando no sabe ni sus nombres. No hace lazos de amor con ellos, no los necesita, no los quiere.

El amor solamente está aplicado en sus hijos y sus alumnos, o en algunos alumnos: aquellos que deben ser “salvados” de sus padres.

Tiene empatía con una profesora joven, nueva en la escuela, que sufre el bulling de los alumnos debido a su personalidad aniñada.

Tiene antipatía con la orientadora de la escuela, quien le pone frenos al carácter árido de Rita; y luego termina siendo la “oreja” de su hijo menor ante la falta de intervención de Rita en los conflictos del adolescente.

Un distintivo: Rita no solamente no tiene un amor ni una familia más allá de sus hijos, sino que tampoco tiene amigas.

Esas amigas que te ponen freno a una personalidad entrometida, picante, ácida, que cree que diciendo pequeñas frases no puede nunca herir a nadie. Rita cree que solamente las frases estridentes son las que lastiman, las pequeñas frases son inofensivas.

Las amigas nos ponen coto a nuestro ímpetu; ellas nos dicen que nuestro corte de cabello se parece al de una adolescente, si por nuestra vestimenta estamos compitiendo con nuestras hijas o, si ese hombre, no es el mejor para nosotras.

Claro que para todo ello hay que querer escuchar. Una virtud que se entrena con lo mismo, con amigas. Ellas nos conocen de antes que nos pasen las cosas; conocen nuestras relaciones de familia y nuestros lazos; conocen nuestras debilidades, de esas de las que nunca hablamos.

La mirada de nuestras amigas nos da templanza, nos ayuda a meditar en lo que nos pasa sin que nos demos cuenta; nuestras amigas procesan las historias por nosotras, nos las cuentan y nuestra cabeza acomoda en su debido lugar a los protagonistas.

Al final de cada capítulo Rita consigue reflexionar, y los espectadores la aplaudimos.

Pero no somos sus amigas, y Rita en el siguiente capítulo vuelve a la carga. Sola.

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B I C H A

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Osobicha

Hola soy Bicha, de Espacio Claudelina, el blog de tejido, crochet y patchwork; y de Reflexiones de Claudelina y Pitoco, un blog de escritura para divertirte y reflexionar. Pasá, disfrutá de la lectura, paseá conmigo a través de la escritura, observá las imágenes que se describen, comentá las emociones que te despierta ese panorama, compartilo.

4 Comments
  1. Alejandra

    Amiga, amiga, Bicha teacher Claudelina!!! Me encuentro en tu blog con tus palabras a propósito del día del amigo, ¡y la foto de nuestro grupo de amigas! Nosotras las no-Ritas que cultivamos la amistad, y que a veces, ¡quién no!, podemos ser tan Ritas…
    No conozco la historia de la Rita de Netflix. Lo que conozco es tu amistad que, como todo lo que hacés, ¡es tan exquisita y artesanal!
    Las amigas somos amigas porque somos capaces de encender, sobre nuestras asperezas, alguna llamita que ilumine un camino, o entibie el dolor y el desconcierto. Podemos escuchar con todos los sentidos, celebrar la alegría con el alma plena, admirar sin egoísmo, respetar las diferencias sin pretender aleccionar a nadie, y sentirnos honrados por la amistad de alguien tan singular como único. Compartimos la trama de la historia que tejimos con pasión: la de la risa, la de la lágrima, la del guiño cómplice, la de la sorpesa y la incertidumbre.
    Como siempre, tu espíritu vivaz y tu creatividad resultan estimulantes, son una invitación al pensamiento, y un excelente motivo para seguir celebrando tu compañía.
    ¡Feliz día amiga! Hacia el futuro y por nuestro pasado y presente: Te quiero, Ale

    • Osobicha

      Gracias querida amiga; gracias por tus palabras. Cierto es que una gran virtud de este grupo de amigas es la fluidez de la tolerancia. Cada episodio árido se resuelve de manera positiva. El amor entre nosotras hace que todo ello sea natural, accesible y fluído. Festejo la amistad del grupo, y también festejo tu amistad que siempre la da más equilibrio a mi equilibrio. Te quiero mucho!

  2. Sandra Zimmermann

    Amigas de la vida, amigas queridas que compartimos pasado, caminamos el presente y con nuestros maravillosos encuentros soñamos el futuro siempre juntas. La vida nos unió. Gracias a la vida!

    • Osobicha

      Gracias Zan por tanto años compartidos. Y también por estar siempre en esos nutritivos encuentros que armamos. Muchos besos.

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